Estoy profundamente orgullosa de que para ti haya valido la pena conocerme. Al fin y al cabo, creo que puedo decir que nos proporcionamos felicidad mutuamente, y la verdad es que me lo has enseñado todo. Toda la vida te pasas soñando con la persona perfecta con quien compartir todos tus días, y a decir verdad, realmente, cuando apareciste tú no te parecías en nada mi prototipo de chico ideal. Eres cínico, rencoroso, retrasado, niñato e inaguantable, pero lo cierto es que pelearme contigo es lo mejor que me ha pasado nunca, porque igual, aunque no me haya dado cuenta, es muy posible que esté enamorada de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario