No por dar mil vueltas cambiará tú dolor, tú decepción.

No intentes enterrar el dolor, se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies, se filtrará en el agua que hayas de beber y te envenenará la sangre. Las heridas se cierran pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordándote en la piel su existencia y con ella el golpe que las originó. Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde. ¿Para que intentar huir y dejar atrás la ciudad donde caíste? ¿Por la vana esperanza de que en otro lugar, en un clima más benigno, ya no te dolerán las cicatrices y beberás agua más limpia? A tú alrededor se alzarán las mimas ruinas de tu vida, porque allá donde vayas llevarás la ciudad contigo. No hay tierra nueva ni mar nuevo. La vida que has malogrado malograda queda en cualquier parte del mundo.


Allí dónde empieza el deseo, en el lugar del miedo, dónde nada tiene nombre y nada es, sino parece.

En la vida de cualquier persona se suceden casi siempre dos tragedias muy serias que ya he vivido: la falta de amor o  el exceso de amor.

La lluvia amarilla.

A veces, uno cree que todo lo ha olvidado, que el óxido y el polvo de los años han destruído ya completamente lo que, a su voracidad, un día confiamos. Pero basta un sonido, un olor, un tacto repentino e inesperado, para que, de repente, el aluvión del tiempo caiga sin compasión sobre nosotros y la memoria se ilumine con el brillo y la rabia de un relámpago.

¿Y ahora qué? ;)

Odio a esas personas que cuando pasas por su lado te miran de pies a cabeza, incluyendo una mirada de desprecio y asco. No sé que buscan con eso, ¿Subir su autoestima hundiendo la de los demás? Sabes que te digo, que para ser una persona así de desagradable, prefiero ser yo misma y que me dediques una no, miles de millones de miradas de esas asquerosas que sólo malas personas como tú saben echar. MÍRAME MAL, CRITÍCAME, PERO TE MUERES DE ENVIDIA DE NO PODER SER YO, BONITA.

Vosotros, los hombres, siempre sois víctimas de las mujeres, pero eso os conviene ¿Y sabes porqué?

Para justificar el daño que le haréis a la siguiente.

Todos nos sentimos tristes alguna vez.

Ahora me encuentro en aquella lejana estación de tren, dónde fue cerrada hace tiempo y apenas camina nadie, estoy sola, solo yo y mis pensamientos, a veces tan absurdos como coherentes. Recuerdos que aunque no quieras vienen a la mente, y te duelen, claro que te duelen, casi tanto como otros los añoras y los hechas de menos. A veces te gustaría dejar de sentir esa sensación en el corazón, la sensación de que tienes ahí a dentro una bomba, que en cualquier momento estallará rompiéndote en miles de pedazos. Tienes miedo, claro que tienes miedo, momentos perturbadores pasan por tu cabeza y te estremeces, quieres dejar de pensar en ello pero no puedes, no lo olvidarás, solo aprenderás a vivir con ello. Es tan sencillo como experimentar la sensación de que la persona a la que quieres te deje de un día para otro, te de millones de puñaladas por la espalda y acto seguido te deje abandonado diciendo que no sabe si volverá. Y durante ese tiempo te ahogas en lágrimas, en el vacío y la soledad, todo se te hace grande y el cielo se cae sobre ti a gran velocidad. Quieres pararlo pero no puedes, pasa el tiempo, e ingenuos de nosotros mismos pensamos que es la única cura, pero al parecer tarda en hacer efecto, vaya que si tarda...

Leal al sentimiento.

Estoy harta de la gente que pasa por la vida pisando fuerte, más bien machacando y luego se marchan de rositas como si nada. Atrás dejan los malos tiempos como quien oye llover. Retoman su camino,  piden un par de disculpas y se marchan por la puerta de atrás. Y desaparecen de la tierra. Después de un tiempo vuelven para irse, para volver, y así sucesivamente. Reconocen sus errores pero los siguen cometiendo. Desarrollan estrategias de retención, manipulación... Inconsciente o no, te llevan a su terreno y consiguen que caigas una y otra vez. Yo caigo sucesivamente, no por lo que pude haber sentido, ni por revivir ni remover el pasado, si no por lealtad, por ser fiel a un cariño que no se rompe porque sí, que no anda entre arenas movedizas ni se abate a tiros, que no se parte en pedazos. Puedo ser cualquier cosa menos infiel a lo que siento.

Hoy es uno de esos días en los que te levantas, y miras atrás, ves todo el tiempo que has perdido por aquella gente que un día formó parte de tú vida y hoy, ya no esta. Ves miles de recuerdos, y notas esa sensación de nostalgia en el corazón. Aquellas amistades desgastadas por el tiempo y el distanciamiento. Aquellos amores que al primer problema dejaste de luchar, y por el contrario todos esos en los que lo diste todo, y luchaste hasta estar noches y noches llorando por no haberlo conseguido, y tener que asimilar que se fue, y no volverá jamás. Todos esos "para siempre", que a menudo buscas dónde se quedaron, pero no los encuentras. Te acuerdas de las decepciones que te llevaste con toda esa gente que te prometió estar ahí para todo. Recuerdas también cuándo se equivocaron contigo, pero también recuerdas cuando te equivocaste tú. Cuándo tú fuiste quien decepciono a la gente que querías, y todavía sientes la culpabilidad. Hay que reconocer que los recuerdos no se borran de un día para otro, y aquellas cosas que antes parecían un mundo, con el tiempo dejan de parecer tan importantes. Cuántas cosas nos perdemos en esta vida por no ser capaces de decir lo que sentimos en cada momento.

Días amargos, en los que los recuerdos se amontonan en la mente. Pero en el fondo se que lucharía hasta el final si algo mereciera la pena, se que daría todo lo que tengo si hace falta con tal de verte sonreír, pero ahora que te fuiste se que no puedo vivir permanentemente en el pasado. El presente te arrastra y el futuro se te hecha encima. Ahora me toca a mi rehacer todo lo que tú destruiste y recuperar todo el tiempo que me robaste. Aún me pregunto cómo la gente puede olvidar tan fácilmente lo que compartió con otras personas. Era tan bonito pensar que por una vez todo saldría bien.

Y de repente, un día te asomas por la ventana y te das cuenta de todo lo que te estás perdiendo, te das cuenta de que la vida está ahí fuera y no encerrada en ti misma. La vida está en esa gente que va corriendo en busca de sus sueños, está en los trenes que se van, los trenes que vendrán en forma de ilusiones, que tú decides si coger o dejar pasar, y si los coges tú decidirás dónde te querrás bajar. La vida está en escapar de vez en cuándo a un mundo paralelo, abandonar tu ciudad e irte lejos, tan lejos como tú mente te lo permita, sin que nadie te lo impida. La vida está en enamorarse de cada sonrisa, en saltar de alegría tantas veces como puedas, levantarte de cada caída por mucho que duela, la vida está en cada mirada que deciden dedicarte, en cambiar los "para siempre" en un "por ahora". La vida se esconde en cada rincón, solo tienes que encontrarla y aprender a disfrutarla.

Nuevos amaneceres, con nuevas sonrisas. :)

Me levanté con mala cara, como si el destino hubiera escrito el comienzo de mi día, y el comienzo era levantarme con el pie izquierdo, ya me había dado cuenta. Tenía ganas de llorar, de abandonar todo, miraba atrás y no veía nada más que recuerdos tristes o llenos de rabia. Me eche ha llorar y así pasé horas. Pero me di cuenta de... ¿Qué demonios? ¿Quien va a echar por tierra otro nuevo día de mi vida? Nadie, asique me sequé las lagrimillas me puse en pie y me prometí que todos los amaneceres, saliera el sol o hiciera tormenta, despertaría con una sonrisa en la cara. Nadie mira por ti, y me cansé de dar sin recibir.

Siempre fue él.

El motivo de mis ilusiones y de mis llantos, de mi felicidad y de mis sonrisas, el motivo de vivir y de desilusionarme, de seguir adelante. Él me enseñó a querer, a permanecer tranquila, a saber actuar, a sonreír... Me enseñó otra forma de ver la vida totalmente diferente, me enseñó el optimismo, otro mundo, a abrir los ojos, a saber que hay tiempo para llorar y para reír. Me hizo sentir en confianza, sentir querida, siempre estuvo a mi lado, en lo bueno y en lo malo, me quiso con todos mis defectos y me prometió que siempre estaría a mi lado. Él es el motivo de estar aquí, me ayudo y me protegió siempre, me dio su mano cuándo la necesitaba, él sufrió y también sonrió. Cambió mis lágrimas de sufrimiento por lágrimas de felicidad, se preocupó por mí en todo momento. Por eso, creo que tengo razones para decir que verdaderamente, ÉL ES MI VIDA.

Lo único que queremos todos en esta vida es abrir los ojos y ver al lado de tú cama a la persona que quieres, abrazándote. Nadie buscamos nada raro, fuera de lo habitual, solo una persona a quien contarle tus problemas y que te tranquilice con un abrazo, alguien que te calle con un beso y alguien que te haga el amor con ternura cada día, que de vez en cuando te repita lo mucho que te quiere y que algún que otro día te levantes con un "Buenos días princesa". Ami no me importan los regalos, las cenas románticas y caras, rosas por San Valentín, me conformo con saber que yo soy la única persona que ocupa su cabeza los 60 segundos que tiene un minuto. Alguien que sienta que se le cae el mundo cuando discutimos, que me abrace tirando su orgullo a la basura, que me haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no paro de llorar. Alguien que nos diga que estamos guapas aunque ese día no estemos ni bien peinadas, ni si quiera un poquito maquilladas,  alguien que nos diga que tenemos los ojos más bonitos de todo el universo aunque sean iguales a los de miles de personas. Alguien con quien verdaderamente poder compartir todo tú tiempo.

Y ahora mismo tienes dos opciones, recordar un pasado que jamás volverá a ser tú presente, o vivir. La vida se compone de momentos maravillosos y momentos menos maravillosos. Los momentos malos son aquellos en los que nos hicieron llorar, esos momentos que intentas olvidarlos pero no puedes, solo te acostumbras a vivir con ellos. La mitad del tiempo nos lo pasamos recordando el pasado, entristecidos por recordar algo que pudo ser y no fue, y la otra mitad mirando hacia el futuro, pensando que nos deparará. Lo que todo el mundo sabe y no valora es que el tiempo es algo que irremediablemente pasa y no hay marcha atrás, por lo tanto disfruta de tú presente y olvida el pasado, que el futuro llegará por si solo. ¡Vive y siente cada minuto!

Solo espero que no te parezca una caprichosa por decir que . .

Estoy profundamente orgullosa de que para ti haya valido la pena conocerme. Al fin y al cabo, creo que puedo decir que nos proporcionamos felicidad mutuamente, y la verdad es que me lo has enseñado todo. Toda la vida te pasas soñando con la persona perfecta con quien compartir todos tus días, y a decir verdad, realmente, cuando apareciste tú no te parecías en nada mi prototipo de chico ideal. Eres cínico, rencoroso, retrasado, niñato e inaguantable, pero lo cierto es que pelearme contigo es lo mejor que me ha pasado nunca, porque igual, aunque no me haya dado cuenta, es muy posible que esté enamorada de ti.

De vez en cuando, podías decir la verdad para que te crea cuando mientes.

Con una mentira se va muy lejos, pero sin esperanzas de volver. El que dice una mentira  no sabe qué responsabilidad ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.

Todos creemos en algo, al menos tenemos la sensación de ello.

Unas personas creen en diferentes Dioses, y piensan que el suyo está por encima de cualquier otro, otros pensamos que de verdad existen los príncipes azules y los cuentos de hadas, las personas creen en la vida,  creen en el amor, creen que podrán ser felices alguna vez. Otros creen en que son inmortales... Si nos pusiéramos a pensar podríamos creer en muchísimas cosas, en casi todo. Pero verdaderamente, en lo único que creo es en ti, en mi príncipe azul, mi cuento de hadas, nuestra felicidad, nuestra inmortalidad juntos, mi vida, mi amor por ti. TÚ eres quien está por encima de cualquier otro.

Te quiero.

Me gusta que me abraces, que me abraces fuerte, de esas veces que tú y yo sabemos que nada nos va a separar.