Jugar con fuego y quemarte.

Nunca llegamos a imaginar la de bocas que llegan a traicionarnos, ni cuántas dulces sonrisas consiguieron conquistarnos. Y es que la vida es arriesgarse y cometer errores, aprender de ellos y no volverlos a cometer. Es aprovechar cada oportunidad, porque ¿quién te dice que se volverá a presentar? La vida es caer y levantarse, volverse a caer y volverse a levantar. Es abrazar a quien te abraza e intentar abrazar a quien no quiere que lo hagas. Y así llego el día en que me dí cuenta de que la vida esta para reírte de ella y no con ella. Que no siempre es hacer daño y gritarle a las personas que quieres, es fallar a veces y saber pedir perdón. Es tener las cosas claras, o no tan claras... Y decidirte en el último momento si en verdad así lo quieres hacer. No dejar de hacer locuras. Jugar con fuego y quemarte. La vida está para vivirla. Caerás y creerás que ahí acaba todo, y será horrible y costará, pero se sale. Porque sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional.