Querida mamá:
Aún no he nacido, llevo un par de meses dentro de ti, sé que estas ilusionada, poco a poco iré creciendo y de un momento a otro estaré entre tus brazos. Así pasó el tiempo, y nací, y fui haciéndome un poco más mayor cada día. Recuerdo mis cinco años ilusionada, cuando jugábamos juntas, cuándo dabas de lado otras cosas por cuidarme, por estar conmigo, por hacerme feliz. Desearía evitar las pequeñas lágrimas de emoción al recordar mi infancia, una infancia feliz porque estabas junto a mi, madre. Tambien recuerdo los castigos que me ponías, leyendo libros durante media hora, crecí y con ello crecieron las discusiones, lo siento por todas las palabras feas que te dije en nuestros enfados, sabes que no las pienso, sabes que no... Siento si en la adolescencia me alejé de ti, si no estuve a tú lado cuando lo necesitaste mamá, pero he crecido y sé valorar las cosas, se valorar lo mejor y lo peor de ti. Se que más de una persona desearía tener una madre como la mía. Yo deseo que mi madre nunca se valla de mi lado.
Por eso todo el mundo debería decirle a su madre que la quiere antes de que sea demasiado tarde.
Querida mamá...
Te quiero.
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